FAMILY / FAMILIA

A FAMILY EDUCATIONAL PROGRAM

The family is the proper and most profound setting for the formation of the person: attitudes towards life, religious assent, the use of responsible freedom, and in general, the development of personality are forged within the family environment. Social and community values that show that such are never individualistic are also learned within the family. Fathers and mothers have the responsibility of teaching and creating conscience awareness to their children. A subsidiary work that enhances the educational action of parents corresponds to the school.

Education takes place through the most common family experiences, where more is learned through actions and example than with words; with examples of respect and concern for others, spirit of service, discipline, cleanliness, order, attention to small detail, of sincerity, and of virtues in general. Love, trust, and gratefulness favor moral formation and are the basic conditions of an authentic educative environment.

It is known that children develop healthy personalities if they are raised by loving, coherent people. If that is complemented in the school environment, they will have a healthy and happy behavior.

UN PROGRAMA EDUCATIVO FAMILIAR

La familia es el ámbito propio y más profundo de la formación de la persona: Las actitudes ante la vida, el asentimiento religioso, el uso responsable de la libertad y en general, el desarrollo de la personalidad, se fraguan en el seno de la familia. También en la familia se aprenden los valores sociales y comunitarios que ponen de manifiesto que la forma moral nunca es individualista. El padre y la madre son los primeros y principales educadores de la conciencia de sus hijos. Al centro escolar le corresponde una labor subsidiaria que potencie la acción educativa de los padres.

En la familia la educación tiene lugar a través de las vivencias más corrientes, más con los hechos que con las palabras; con ejemplos vivos de respeto y preocupación por los demás, de espíritu de servicio, de disciplina, de limpieza, de orden, de cuidado de los pequeños detalles materiales, de la sinceridad, y de virtudes Cristianas. El amor, la confianza y el agradecimiento favorecen la formación moral y son condiciones básicas de un ambiente auténticamente educativo.

Sabemos que los niños desarrollan personalidades más sanas con los demás si quienes se ocupan de ellos son cariñosos y coherentes, si responden y si son sensibles a las necesidades del niño. Si todo esto es combinado en casa y se complementa con la formación que se les imparte en el colegio, tendremos como resultado niños con una conducta mental sana y feliz.